La Hetaira Friné. Óleo por J.-L. Gérôme. 1881. Museo de Arte, Hamburgo.
Hoy no os presento un hecho de la
historia romana, sino el juicio contra una mujer griega Nearea. Esta mujer fue encausada
en varios juicios entre 343 y 340a.C., acusada de casarse ilegalmente
con un ciudadano ateniense y presentar a su hija como ciudadana de Atenas.
Apolodoro de Acarnas nos presenta
el caso judicial del año 343 a.C., contra Neaera que tendría unos cincuenta
años de edad en el momento del juicio celebrado en Atenas. Si leemos el discurso largo,
complejo y condenatorio de Apolodoro, corremos el riesgo de perder de vista a
la mujer que se encuentra en el centro del mismo. Una mujer atrapada en medio de política
mezquina, escándalos sexuales y vendettas personales.
Sin embargo, irónicamente, esta
es la única fuente antigua que tenemos que registra no solo a Neaera y la vida
que se vio obligada a llevar, sino también la vida de una hetaira desde la
infancia, la niñez, la mediana edad y, en última instancia la vejez.
¿Quién fue Nearea?
Neaera fue una niña esclava del
siglo IV a. C. en Atenas con una significativa y dolorosa vida.
Posiblemente nacida en Corinto, lugar donde vivió al menos desde muy joven, Neaera fue abandonada al nacer. En la antigüedad, tanto en Roma como en Grecia, eran habituales las exposiciones. Al nacer después del parto si este era exitoso se envolvía al bebe en una sábana y se dejaba en el suelo en espera de que el padre lo cogiera y lo reconociera, si era así pasaba a formar parte de la familia, si no era expuesto abandonado en la puerta de la casa o como en el caso de Roma en la columna lactaria enfrente de templo de Pietas. Estos abandonos se producían si
el recién nacido presentaba deformaciones, había sospechas de la paternidad, eran
niñas o si ya se tenían varios hijos y no se podían mantener. Posiblemente, los
padres de la bebe Neaera la dejaron al destino de morir por exposición o
recogida por un extraño.
Neaera fue vendida (se desconoce
por quien) a Nicarete de Corinto una
proxeneta de un prostíbulo para que la formara como una hetaira (un término griego clásico para
"cortesana"). Fue Nicarete quien le puso el nombre “Neaera” que
significa “Fresca”.
Antiguas fuentes revelan la vida
de Naeara en el burdel. En un discurso legal del político ateniense y orador
forense Apolodoro, se proporciona la siguiente descripción:
Eran siete niñas las que fueron compradas por Nicarete cuando eran
pequeñas… Ella tenía el talento de reconocer la belleza potencial de las niñas
y sabía cómo criarlas y educarlas con pericia, ya que a partir de esto había desarrollado una
profesión y de ahí su sustento. Las llamó "hijas"
para mostrándolas como nacidas libres, y así poder obtener los precios más
altos de los hombres que deseaban tener relaciones sexuales con ellas.
Después, cuando hubo disfrutado de las ganancias de su juventud, las vendió una a una…
Posteriormente, Naeara se mudó a
Atenas con Phrynion, pero el trato brutal que le dio ese hombre hizo que Neaera
se fuera a Megara, donde las circunstancias la obligaron a volver al trabajo
sexual.
Reuniendo las pruebas del
discurso de acusación de Apolodoro, que nos ha llegado con el título
"Contra Neaera", resulta que dos de sus clientes, que compartían la
propiedad conjunta de ella, le permitieron comprar su libertad alrededor del
376 a.C.
El cargo de fraude se basó en la
ley de que un extranjero no podía vivir como un "cónyuge" con los derechos
de un ateniense nacido libre. El hecho de que Neaera también tuviera tres
hijos, una hija de nombre Phano y dos hijos, complicó aún más el juicio y su
variedad de enredos legales.
Desconocemos el resultado del
juicio y lo que le sucedió a Neaera, el discurso del fiscal permanece y revela
mucho sobre la vida de esta mujer. Lamentablemente, el discurso de la defensa
se ha perdido.
Sabemos, sin embargo, que el
hombre con el que cohabitó Neaera, Stephanus, se encargó de la defensa. Por
supuesto, no solo estaba defendiendo a Neaera, ¡se estaba defendiendo a sí
mismo! Si Neaera hubiera sido declarada culpable, Stephanus habría perdido su
ciudadanía y los derechos que la acompañaban.
Stephanus tenía un historial de
disputas legales con el fiscal, Apolodoro. También tenía un buen historial de problemas
con la ley. Por ejemplo, había casado ilegalmente a Phano, la hija de Neaera no
una, sino dos veces, con ciudadanos atenienses. Los esquemas turbios de
"hacerse rico rápidamente" motivaron tales actividades, y parece que
Stephanus era experto en usar tanto a su "esposa" como a su
"hija" para el trueque y el beneficio personal.
Otra acusación revelada durante
el juicio alegó que Stephanus hizo arreglos para que Neaera atrajera a hombres
a su casa, los involucrara en relaciones sexuales y luego los sobornara. Y
aunque Apolodoro no proporciona evidencia de que tal estafa haya tenido lugar,
a juzgar por el historial de Stephanus, no parece inverosímil.
Se conoce el discurso de
Apolodoro pero no el resultado del juicio. Las fuentes conservadas no dan ninguna
informan sobre el destino de los principales protagonistas. Neaera no pudo participar
en el proceso como espectadora, según las costumbres atenienses, aunque una
derrota habría significado su retorno a la esclavitud.
Fuentes:
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