Violencia de género en la antigua Roma
En
todas las etapas de la historia ha habido violencia, injusticias, denuncias y
rebeliones donde las mujeres han sido las principales protagonistas.
Esta
sumisión, violencia y demás connotaciones fue disminuyendo progresivamente con
avances y retrocesos desde finales de la República, incluso los cambios de
legislación romana otorgaron a la mujer mayor libertad, pero conforme a las
costumbres de la época.
La
violencia que ha sufrido y sufre la mujer debería de producir vergüenza, ya que las mujeres han contribuido al progreso y a la historia de la humanidad.
Me
mueve una rebeldía contra el silencio, la búsqueda de soluciones depende de
nosotros mismos, de la preparación intelectual, la fortaleza personal, la
pasión y la sensibilidad de toda la sociedad para corregir las injusticias
Buscando
información y entre los muchos trabajos académicos que suelo leer para escribir
mis artículos, me encontré dos epitafios donde se denuncia el homicidio de dos
mujeres romanas. Quiero compartirlos con vosotros no solo como una curiosidad
más de la antigua Roma, sino para que nos sirva de reflexión, un hecho frecuente
en la antigüedad, no puede ser noticia habitual de nuestra sociedad dos mil años
después.
Epitafios
Todo
epitafio trata de perpetuar el recuerdo de la persona fallecida para que no
muera del todo al seguir viva en la memoria de los demás. Mientras los
recordamos siguen vivos.
En
la antigüedad el monumento funerario era concebido para que el público que se
detenía al verlo lo leyera. La grabación de una inscripción funeraria era
la oportunidad de presentar una imagen ideal del difunto, pero también para
exponer la de los familiares que cumplen con su deber hacia el ser querido.
El epitafio de Iulia
Maiana
El
monumento funerario que recuerda la muerte de Iulia Maiana fue hallado en Lugdunum, capital de la Galia
Lugdunense
Consagrado
a los dioses Manes y al reposo eterno de Iulia Maiana, mujer muy virtuosa
muerta antes del momento señalado por el destino asesinada por la mano de un
muy cruel marido. Vivió con él veintiocho años y tuvo de él dos hijos, un chico
de dieciocho y una chica de diecinueve años. ¡Oh, Fidelidad sagrada! ¡Oh,
Piedad! Iulius Maior para su muy querida hermana y el hijo de ésta Ingenuinius
Ianuarius se preocuparon de ponerlo y lo dedicaron bajo ascia.
Iulia
Maiana fue recordada como madre y abnegada esposa, una mujer que estuvo casada
veintiocho años y dio dos hijos a un marido que acabó matándola.
Esta lápida se encuentra depositada en el almacén de la necrópolis de Ostia, en el área de Isola Sacra.
Restutus
Picinesis y Prima Restuta (lo) hicieron para su muy querida hija Prima
Florentia, quien fue arrojada al Tíber por su marido Orfeus. December, un
pariente de sangre, (lo) puso. Vivió dieciséis años.
En
ambos podemos ver la violencia de género del marido hacia su esposa.
Fuentes:
CONIMBRIGA
Revista de arqueología
Imágenes:
Museo Napoles.
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