La guardia pretoriana.
La Guardia Pretoriana era una
unidad militar de élite en la antigua Roma que servía como guardaespaldas
personal del emperador.
Sus orígenes se remontan a la
República romana, cuando se crearon originalmente como una pequeña fuerza de
guardaespaldas para el comandante en jefe del ejército romano.
El primer uso registrado del
término "pretoriano" está datado en año 275 a. C., cuando los cónsules
nombraron soldados para que actuaran como su guardia personal durante su
mandato.
A fines del siglo I a. C., la
cohorte pretoriana aumentó en tamaño e importancia, y pasó a servir como
guardaespaldas personal del emperador.
Bajo el reinado de Augusto, la
Guardia Pretoriana se convirtió en una fuerza permanente y de élite.
Augusto reorganizó la Guardia
Pretoriana en nueve cohortes, cada una compuesta por 1.000 soldados, y los
colocó en Roma en una gran fortaleza conocida como Campo Pretoriano.
¿Cómo se convirtieron los soldados en Guardia Pretoriana?
Convertirse en miembro de la Guardia Pretoriana era un puesto muy buscado, ya que traía consigo prestigio, poder y la oportunidad de servir al emperador.
Inicialmente, la Guardia Pretoriana estaba compuesta por soldados que habían servido en el ejército romano con distinción en la batalla.
Estos soldados fueron seleccionados por el comandante en jefe o por el propio emperador, siendo su lealtad algo que se consideró primordial.
Sin embargo, a medida que la Guardia Pretoriana creció en tamaño e importancia, el proceso de selección se volvió más estructurado.
Los candidatos para la Guardia
Pretoriana generalmente se elegían entre los mejores soldados del ejército
romano.
En el último período de la
historia imperial, a medida que los guardias se volvieron más políticos, menos
pretorianos tenían experiencia militar, ya que se centraron más en manipular la
política interna.
¿Qué poderes y privilegios tenían?
Como guardaespaldas personales
del emperador, la Guardia Pretoriana tenía un acceso incomparable al emperador
y su círculo íntimo.
Esto les dio gran influencia
política y capacidad de dar forma al curso de la historia de Roma.
Además de su poder político, la
Guardia Pretoriana disfrutaba de numerosos privilegios y beneficios.
Se les permitió usar uniformes distintivos y portar armas especiales, como espadas cortas y dagas. Los años de servicio eran menos: dieciséis frente a los veinte de los legionarios.
La influencia de la Guardia Pretoriana se extendió más allá de su papel como guardaespaldas personales del emperador.
Eran responsables de mantener el orden en la ciudad de Roma y tenían autoridad para hacer cumplir la ley y el orden dentro de las murallas.
Esto les dio gran poder sobre la población civil y los convirtió en una fuerza a tener en cuenta.
Sin embargo, el poder de la Guardia Pretoriana no era absoluto. Estaban sujetos a la autoridad del emperador, cualquier intento de traspasar sus límites o traicionar su lealtad se castigaba de manera rápida y severa.
Como guardaespaldas personales del emperador, tenían un acceso incomparable al emperador y a su círculo íntimo, cosa que les permitió una gran influencia política.
La Guardia Pretoriana se volvió influyente en la política romana, tenían el poder de aclamar o deponer al emperador. Podía hacer o deshacer el reinado de un emperador y, como resultado, a menudo ejercían una influencia significativa sobre la selección del mismo.
Este poder les dio gran influencia sobre el proceso político, el apoyo del emperador era esencial para que cualquier político tuviera éxito en Roma.
Otra forma en que la Guardia Pretoriana influyó en la política romana fue a través de su papel en la decisión de quién sucedería al emperador en caso de su muerte o abdicación.
La Guardia Pretoriana estaba detrás de maniobras políticas para lograr sus objetivos. Con su influencia presionaban para colocar a sus candidatos preferidos y participaban en sobornos y corrupción para lograr sus fines.
Esto les permitió tener gran influencia en las negociaciones políticas y los convirtió en una fuerza a tener en cuenta en el campo de la política.
La Guardia Pretoriana también era una poderosa fuerza militar y no dudaban en usar su poderío militar para intimidar a políticos y ciudadanos comunes por igual.
También tenían control sobre la difusión de información en Roma, lo que les dio un gran control sobre la opinión pública y los hizo aún más influyentes en la política romana.
Fuentes:
La guardia pretoriana. Boris Rankov.
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