Las apuestas en la antigua Roma
Plinio
el Viejo escribió:
“Estamos tan a merced de la misericordia del azar, que el
azar es nuestro dios”.
El
origen de las apuestas deportivas, nos viene de la antigua Grecia, donde sus
ciudadanos comenzaron a realizar apuestas al ganador de diferentes deportes
mientras los animaban.
Las
apuestas dieron el salto y aterrizaron en el Imperio Romano.
La gran cantidad de dados encontrados en
las ruinas romanas deja de manifiesto que los ciudadanos romanos eran grandes jugadores.
Apostaban
en las luchas de gallos, en las carreras de carros y, por supuesto, en los combates
entre gladiadores.
Las
carreras de cuadrigas era una actividad muy propicia y lucrativa para el que
apostaba por los colores vencedores. Pero no solo apostaban los que acudían a
las carreras, la pasión era tal, que también lo hacían muchos que no asistían y
estaban ávidos de saber los resultados.
Tras
el fin de la carrera, muchas personas en el público cobraban o pagaban el dinero
apostado, grandes cantidades o incluso había
personas que se apostaban su propia libertad, convirtiéndose en esclavos si
perdían.
Todo
ello propició un tipo de profesionales muy ligados a los bajos fondos de Roma:
Los
corredores de apuestas.
Ideaban
todo tipo de sistemas para poder comunicar el resultado a sus conciudadanos,
como por ejemplo un vecino de Volterra,
de nombre Cecina, que utilizó golondrinas, que pintaba de los colores
vencedores y las dejaba volar.
Habitualmente
los particulares también apostaban, la mayoría de las ocasiones lo pedían a los
amigos que las cruzaban, a las puertas del circo, antes de que se iniciasen las
carreras.
Tertuliano (De
Spectaculis) criticaba la costumbre de las apuestas, señalaba que el
pueblo acude como loco al espectáculo convertido en un tumulto atraído por las
apuestas.
Los
días de carrera los alrededores del
circo se convertían en un auténtico hervidero.
Los
romanos configuraron una legislación en torno a las apuestas. Fue el código de
Justiniano, del año 529 d. C, que
limitó los juegos a los cuales se podía apostar y obligaba a los apostantes a
saldar sus deudas.
Muy interesante. Sabía de lo aficionados que eran a los juegos pero de como se organizaban para las apuestas no tenía ni idea.
ResponderEliminarFelicidades.
muy bueno tio
ResponderEliminarHOLEEEEEEE
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