Organización de los puertos fluviales romanos.
Existen una serie de disposiciones legales relativas
al fortalecimiento y consolidación de las riberas, y a la prohibición de tomar
agua de los ríos, recogidas, a comienzos del s. III d.C., en el Digesto, (Decreto Perpetuo del Pretor), norma
básica que se aplicaba a las vías fluviales, muestra de la clara preocupación por preservar, la
navegación fluvial.
La
administración romana consideraba el propio cauce como una vía pública, por
ello se daban precisas y contundentes normas, para preservar sus riberas, los
caminos de la sirga, los diques de contención o de regulación necesarios,
orientando las corrientes para la protección de su cauce, el control del
tráfico marítimo y la navegación, etc. estableciendo por ello y para ello, las
tarifas portuarias (portorium). Un
tanto por ciento del valor de la mercancía.
Los
funcionarios encargados como ingenieros de mantenimientos y obras (curatores), especializados unos, en las obras de
sus orillas (curatores
riparum)
o en el propio lecho o cauce (curatores Alveis), a los cuales les ayudaban formando un equipo, los procuradores
(procuratoes) y los auditores (adiutores). Igualmente, controlan y regulan
el tráfico marítimo fluvial.
Por ejemplo el Procurador del río Baetis (procurador
augusturum ad ripam Baetis), tenía a su cargo no solo preservar la
navegación del río, sino además, el control de los contratos de los marinos en
general (navicularis), que
agrupaban a las gentes de mar (marinii)
y fluviales (annici), que
tanta importancia tenían en la vida marítima del río, pues por sus actuaciones,
unos como propietarios de las embarcaciones y los otros como navegantes por el
río, eran profesionales fundamentales para el éxito de la explotación marítima
de esta vía fluvial; en general trabajaban ambos grupos en muy estrecha
relación, subdividiéndose los marinii en
dos corporaciones, una de scapharii
que navegaban con los scaphaes,
embarcaciones a remo de mayor tamaño y calado y la otra de lintraii, que navegaban con embarcaciones aún menores que las auxiliares de los scapharii,
llamadas Lintres .
Se
agrupaban a su vez en cuatro corporaciones según su principal misión
(transportistas, remolques, pescadores y trasbordos) aunque muchos de ellos
tenían también otras pequeñas embarcaciones con las cuales remolcaban a las
mayores en las zonas difíciles del río, sirviendo además estas, para el
trasbordo desde una posición determinada limitada por el calado, al destino
final aguas arriba o más bajo, si la nave necesitaba alijar por exceso de
calado.
Estos
gremios ejercieron libremente su actividad durante los primeros tres siglos del
imperio y llegaron a tener tal poder económico, que los emperadores no dudaron
en concederles prebendas para tenerlos siempre junto a su causa, por el
importante papel que realizaban dentro de la economía imperial.
Las pujanzas
económicas e incluso políticas que llegaron a alcanzar estas corporaciones,
provocaron durante el cuarto siglo del imperio, ciertos recelos, dando lugar a
que fueran estatalizadas, medida que se tomó para evitar cualquier acto de
fuerza por parte de los asociados, que pudiera poner en peligro el comercio
marítimo que tan activamente Roma mantenía a través del Baetis, aunque no por ello perdieron sus
privilegios sociales y económicos, ni el favor de las autoridades.
Al
llegar los buques al portus, entraba en escena el capitán de
puerto, (dispensator
portus),
que además de velar por el buen
orden en el puerto, tenía la misión de fijar los lugares de fondeo y llevar la
cuenta de las entradas y salidas.
Fuentes:
Producción
y comercio del aceite en la antigüedad. José
María Blázquez.
Historia
económica de la Hispania romana. José María Blázquez.
La
navegabilidad en el curso alto del Guadalquivir en época romana. Alicia Fornell
Muñoz.
http://www.eldiario.es/cultura/busca-ultimo-puerto-navegable-Betis_0_510949132.html
https://es.slideshare.net/enriquegarciavargas/el-guadalquivir-como-va-comercial-en-la-antigedad
Navegación
por el río Guadalquivir, Sevilla, 1681-1981. Ricardo Francos Santos. Escuela
Náutica de San Telmo-Sevilla.
Muy interesante, gracias
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