Bulla Felix , el noble bandido romano
Captura de Bulla Felix |
Bulla Felix
En
el siglo III d.C. un hombre desafió a las autoridades romanas. Bulla Félix. Fue un audaz y temerario bandido que durante años burló a las tropas que lo perseguían.
Dión Casio nos habla de este bandolero:
"Pues, aunque fue
perseguido por muchos hombres y pese a que Severo siguió ansiosamente su
rastro, nunca fue realmente visto cuando se le creía ver, nunca se le halló
cuando se pensaba haberlo encontrado y nunca se le capturó cuando se creyó
haberlo capturado, gracias a sus grandes sobornos e
inteligencia."(Historia Romana. Dion Casio.)
Poco
se sabe de Bulla Félix, ni su edad, ni su clase social (algunas fuentes apuntan
a que pudo tratarse de un colono huido de un latifundio), de posible origen ligur, fue instruido por un sacerdote
que le introduzco en el estudio de la
filosofía y el derecho romanos, el derecho romano que Bulla ridiculizó por su
inexpugnabilidad e impunidad.
La
Bulla era un amuleto que llevaban los niños alrededor del cuello hasta los dieciséis
años, con el tiempo este amuleto se
utilizaba para alejar las influencias
negativas, como la envidia de otros hombres. Félix era, en cambio, un
título adoptado por los generales romanos que era sinónimo de suerte y
felicidad para él y para los que estaban cerca.
Bulla romana |
Dion Casio fecha
sus correrías entre los años 205 y 207; era el líder de un escuadrón de unos
600 hombres, compuesto principalmente por fugitivos y libertos que habían
perdido su estatus debido a la reciente guerra civil que vio emerger el
principado de Septimio Severo. Entre los miembros de esta banda había hombres
que habían perdido sus tierras debidas a
las confiscaciones y ex pretorianos descartados por la purificación de Severo,
para cuyo departamento la juventud itálica ya no era privilegiada, dejando así
muchos sujetos libres que podían delinquir.
Asaltaban
caravanas de productos que se dirigían a Roma desde Brundisium (Brindisi),
un importante puerto comercial del sureste, y que acudían a la capital del
imperio a través de tres vías principales de comunicación con la capital del
Imperio vía Appia, la Regina Viarum y la vía Appia Trajana.
Era conocido por su astucia y por la densa red de cómplices y simpatizantes que había organizado, conocía la riqueza que se transportaba, cómo se transportaba y por quién, en el camino de Roma al puerto de Brindisi o viceversa.
Su clemencia le garantizó el apoyo de la población, lo que le permitió escapar de ser capturado durante más de dos años.
Los encargados de perseguir los crímenes comunes como el bandolerismo eran las autoridades locales, que se vieron sobrepasadas y pidieron ayuda, por lo que Roma envió Tropas imperiales en su persecución.
Septimio Severo |
Sin duda Bulla era un excelente capitán. Inteligente, osado, carismático, hábil y escurridizo, con una proverbial facilidad para eludir a las tropas que salían en su busca y las trampas que le tendían, además de poseer un ingenio portentoso que le permitía planear mil y una estrategias para conseguir sus propósitos.
Anécdotas
Las anécdotas más famosas sobre las hazañas de Bulla Félix nos son descritas por el historiador Dión Casio, que lo retrata como un maestro del engaño, por ejemplo, cuando dos componentes de su pandilla fueron capturados, Bulla se disfrazó como gobernador provincial y se dirigió a la prisión donde los tenían presos, indicando que necesitaba hombres para duros trabajos, tan convincente resultó, que los guardianes de la cárcel le entregaron sin rechistar a sus hombres.
En otra ocasión. Bulla, disfrazado para no ser reconocido, le reveló a un centurión dónde se encontraba el bandido que buscaban, el centurión le creyó y él mismo cayó en una emboscada. Lo retuvo varios días, escenificó un juicio (en el que él mismo hizo de juez) dictaminó que el centurión se tenía que afeitar parcialmente la cabeza. Después el centurión fue liberado con el compromiso de informar a sus superiores de que no mataran de hambre a sus esclavos para que no se convirtieran también en bandidos.
"Alimentad bien a vuestros esclavos, no vaya a ser que se acaben convirtiendo en bandidos".
No es de extrañar que tales hazañas enfurecieron al emperador, Septimio Severo, que llegó a decir que mientras él ganaba batallas en Britania, en Italia un forajido se burlaba de sus tropas.
La amante de Bulla, una mujer casada, fue quien dio el soplo al tribuno, de que el bandido se escondía en una cueva en Liguria.
¿Qué es lo que te ha llevado a convertirte en un bandido? A lo que Bulla, siempre desafiante, respondió: Bueno, ¿y por qué eres tú prefecto?
Bulla acabó sus días devorado por las fieras en la arena del circo. Su banda, privada de su carismático líder, no tardó en dispersarse.
No es de extrañar que tales hazañas enfurecieron al emperador, Septimio Severo, que llegó a decir que mientras él ganaba batallas en Britania, en Italia un forajido se burlaba de sus tropas.
Captura.
Al cabo de dos años de esconderse finalmente, Bulla fue capturado por un destacamento militar encargado por el propio Emperador, con permiso de ejecutarlo si se resistía.
Bulla fue capturado cuando dormía en el interior de la cueva y fue llevado ante Aemilius Papinianus, praefectus praetorio (oficial al mando de la Guardia Pretoriana).
Dicen que Papinianus le preguntó a Bulla:
¿Qué es lo que te ha llevado a convertirte en un bandido? A lo que Bulla, siempre desafiante, respondió: Bueno, ¿y por qué eres tú prefecto?
Bulla acabó sus días devorado por las fieras en la arena del circo. Su banda, privada de su carismático líder, no tardó en dispersarse.
criminales ejecutados al ser "entregados a las bestias", mosaico de Zliten , siglo II dC |
Conclusión.
Según Dión Casio, Bulla era un bandido noble en todos los sentidos de la palabra, y combina varios elementos de muchas de estas leyendas, un patrón que persiste desde la antigüedad hasta nuestros días.
No mató, solo robó.
No robaba personas (es decir, no tomaba y vendía esclavos), solo riqueza.
No robó toda la riqueza de las personas que atracaba, solo una parte.
Ayudó a los necesitados, en este caso, reclutando esclavos fugitivos y libertos empobrecidos.
Él desafió y ridiculizó a las autoridades
Ofreció algunos comentarios sociales mordaces.
“[El jurista] Ulpian enumera a los ladrones de templos, bandidos, secuestradores y ladrones como los malhechores que causan más problemas en las provincias; aconseja a los gobernadores que los castiguen de acuerdo con la gravedad del crimen, y también que castiguen a sus cómplices, "sin los cuales un bandido (latro) no podría permanecer escondido". El énfasis principal está en el latro, que es cómo Bulla fue clasificada por Papinian. [La palabra que Dion usa es λῃστής.] La palabra no solo significa ladrones en sentido estricto; También es un término peyorativo para los disidentes sociales, para aquellos que atacan todo el edificio del privilegio. Bulla le había indicado al liberto imperial que estaban siendo explotados; y había enviado un mensaje al gobierno”.
~ Richard A. Bauman, Crimen y castigo en la antigua Roma, Routledge (1996)
Fuentes:
https://historycollection.co/man-known-roman-robin-hood/2/
Bulla Felix: The Roman Robin Hood (English Edition) Versión Kindle
http://remacle.org/bloodwolf/historiens/Dion/livre76.htm
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