Mosaico pompeyano que decora la entrada de una domus y reza: «cuidado con el perro» (Fuente: Wikimedia Commons)
A los romanos les gustaba tener mascotas y el perro era por excelencia la mascota más apreciada.
Toda clase de personas admiraban a los perros, como protectores de sus negocios u hogares, como cazadores o como animales de compañía.
Columella, afirma que un perro debe ser la primera compra después de comprar una casa o establecer un negocio, ya que servirá para proteger mejor.
También aconseja que debe de tener un nombre corto (una o dos sílabas), para que lo aprenda con facilidad y obedezca al escucharlo.
Asbolo (hollín), Tigris (tigre), Ferox (feroz), Lupa (loba), Leuco (blanco), Pirra (pelirroja), Cerva (cierva), Celer (rápido), Lakon (espartano)…
Estos perros eran entrenados por un adiestrador que lo preparaba igual que suelen hacerlo hoy en día.
En alguna de las domus de Pompeya se han encontrado mosaicos de perros con la inscripción Cave Cane (cuidado con el perro), por ejemplo en la casa del poeta trágico o en la casa de Próculo.
Razas
Vertragus, por su velocidad y agilidad, se utilizaba para carreras o
para la caza.
Melitan, más conocido hoy como Maltés, de pelo blanco y largo, dormía en el regazo de
las personas y por eso se les conocía como perros falderos. Eran dóciles y
fieles. Eran animales de compañía, un entretenimiento para los niños y como
calefactores en frías noches, un verdadero símbolo de estatus social.
“Issa es más pura que un beso de paloma, más cariñosa que todas las muchachas, más preciosa que las perlas de la India… Para que su última hora no se la llevara del todo, Publio reprodujo su imagen en un cuadro en el que verás una Issa tan parecida que ni siquiera la misma Issa se parecía tanto a sí misma”. Marcial sobre la perra de un amigo.Molusus guardianes
Con estos perros de guardia (molossus), nunca temerá a los ladrones de
medianoche o el ataque de los lobos. Virgilio.
Características de estos perros
guardianes según Terencio Varrón
Debe
tener una cabeza grande, orejas caídas, los hombros y el cuello grueso, patas
anchas, un ladrido profundo, y ser de color blanco con el fin de ser más fácil
de reconocer en la oscuridad.
[…] Debe llevar un collar de cuero tachonado de clavos para proteger el
cuello. Un lobo, una vez herido, será menos probable que ataque a otro perro,
incluso a uno que no lleve un collar.
Polieno, eran perros,
soldados, cumplían misiones de defensa y ataque, primero se utilizaron
en el circo y luego en los ejércitos. Estos perros eran los molosos dotados
de una impresionante musculatura y
una férrea mandíbula, se les conocía como Canis
pugnances, (perros luchadores) Por
su fiereza causaban terror en la infantería, eran llevados al campo de batalla
como jauría. Pesaban entre 60 y 80 kg. También se le utilizaba como mensajero,
es este caso su final era trágico, se le hacía tragar un tubo de cobre con un
mensaje dentro, cuando llegaba al destino se le tenía que destripar para sacar
el mensaje, y como propagadores de incendios se les lanzaba ante la multitud
portando recipientes con fuego.
Todas las razas usaban collares, copiado
de modelos griegos, pero se volvieron más ornamentados con el tiempo.
El Vertragus utilizaba un collar
de cuero ligero con un anillo de metal con una correa de cuero (el lyam) para poder
controlar al perro en paseos, cacerías o antes de una carrera.
El perro soldado (polieno) fue equipado con su propia armadura
protectora, incluido un collar con púas.
Había también perros pastores, estos perros también eran cazadores y guardianes.
Los perros de caza eran los canes venatici entre ellos destacan los sagaces que rastreaban a las presas, los celeres perros muy veloces que perseguían a la presa y los pugnaces atacaban sobre todo a fieras salvajes y jabalíes.
“No caza para sí, sino para su
amo, el bravo lebrero, que te llevará entre sus dientes la liebre sin
dañarla.”Marcial
“…no educarlos con cazadores,
sino con un pastor porque podían atacar al ganado y los entrenados por los
cazadores, al ver una liebre o un zorro los relacionaban con la caza y
abandonaban a los animales en persecución de sus presas”. Varrón
Los perros también fueron muy
queridos dentro de las familias, como nos han dejado muestra diferentes
epitafios.
Algunos epitafios a perros.
"He aquí la tumba de Aeolis, la pequeña perra alegre, cuya pérdida
por un destino fugaz me dolió más allá de toda medida"
"Este portero no ladró nunca inadecuadamente. Ahora él está en
silencio y su sombra protege sus cenizas"
"En este lugar yace un pequeño perro después de una vida plena, y
dulce miel cubre su cuerpo (¿para preservarlo?). Su nombre era Fuscus y
tenía dieciocho años. Ya apenas podía mover sus miembros en la vejez..."
"¡Qué dulce y amable eras! Mientras estaba viva solía acostarse en
mi regazo, siempre compartiendo sueño y cama. ¡Qué pena, Myia, que hayas
muerto! Solo ladraba si algún enemigo se tomaba la libertad de mentir a su amo.
¡Qué pena, Myia, que hayas muerto! Las profundidades de la tumba ahora te
protegen, aunque no sabes nada al respecto. No puedes correr salvaje ni saltar
sobre mí, y no desnudas los dientes con mordisquitos que no duelen"
Epitafios traducidos por Laura
Díaz López.
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