MUJERES EN LAS MINAS DE ROMA.
Las mujeres suelen ser condenadas a
perpetuidad, o temporalmente, al servicio de los mineros; y de igual modo
también a las salinas. Y si verdaderamente hubieren sido condenadas a
perpetuidad, se constituyen como esclavas de la pena, y si son condenadas
temporalmente, retienen la ciudadanía.
La minería es, un trabajo que no se suele asociar a las
mujeres, a pesar de que a lo largo de la historia estas han estado vinculadas a
la extracción de determinados elementos como la sal, la arcilla, el talco, el
oro y la plata, entre otros. No contamos con ningún epígrafe que se refiera a
mujeres mineras en estos términos, pero hay información que permite suponer que
efectivamente trabajaron en las minas.
Agatárquides de Cnido nos da el
testimonio, gracias a la obra de Focio, patriarca de Constantinopla, y de Diodoro Sículo, de que en las minas nubias y egipcias había mano de obra femenina e infantil, y, por lo tanto, en Roma las habría también.
En estas minas trabajaban cientos e
incluso miles de obreros. Una parte importante de la mano de obra estaba
formada por esclavos, como atestigua Diodoro al explicar que los romanos se
dedican a comprar gran cantidad de
esclavos y los ponen en manos de los capataces de los trabajos en la mina.
Estos esclavos podían ser comprados
o prisioneros de guerra, pero también había otros que habían sido condenados a
trabajos forzados, en minas y canteras (damnati ad metalla, damnati in opus
metalli) se han descubierto cadenas y argollas que posiblemente llevaban los
mineros penados o los de condición servil para impedir su evasión. Junto
a estos trabajadores forzados también había obreros libres, llamados mercenarios
(mercenarii) porque trabajaban por una retribución monetaria (merces).
Algunas esposas e hijos acompañaban a
sus maridos cuando estos eran condenados a trabajar en las minas.
Las excavaciones arqueológicas han
desvelado pequeñas aldeas o núcleos de población
debidos a la explotación minera, las casas eran modestas, aunque los poblados
contaban con algunos servicios que hacían más llevadera la existencia de los
obreros, fundición, talleres y almacenes, pero también espacios para
actividades domésticas, tintorerías, zapaterías, baños, barberías, tabernas y otros
servicios, que precisarían mano de obra y entre la cual es indudable que habría
mujeres.
Los oficios no eran siempre
especializaciones, como se puede entender en la actualidad, sino que se
combinarían actividades, además de que gran parte de la población realizaría
algún tipo de actividad agrícola, además del trabajo propiamente minero, es
probable que realizaran otras actividades vinculadas al desarrollo de los
yacimientos.
Las mujeres, libres o esclavas, podían
trabajar en las minas y su entorno como hilanderas, tejedoras, amas de casa,
criadas, empleadas domésticas, prostitutas, mineras, etc. Estrabón, al
referirse a las minas de oro, señala que «unas mujeres con rastrillos recogen el
mineral y lo lavan en cribas tejidas encima de unas cajas».
Las tablas de Vipasca del s. II también aluden
a la presencia de la mujer dentro del distrito minero dedicado a la legislación
del uso del baño, en el que el arrendatario cobraba como entrada medio as por
hombre y uno por mujer.
Las mujeres libres trabajarían en las minas,
en los diferentes servicios que existían dentro del distrito minero y en las
tareas domésticas. Parece que las mujeres damnati
ad metalla realizaban trabajos más ligeros que los hombres. Por tanto, las mujeres libres trabajarían en
las minas, en los diferentes servicios que existían dentro del distrito minero,
y en sus propias tareas domésticas.
Arqueológicamente, se cuenta con una
evidencia referente al trabajo de las mujeres dentro de la mina; se trata del
hallazgo, del SE peninsular, de 15 cadáveres, algunos de los cuales son de
mujeres que fueron sepultadas por el derrumbe de una galería.
Tal vez estas mujeres eran esposas o
hijas de mineros o de hombres relacionados con la explotación, pero puede que
alguna de ellas trabajara en la explotación.
Fuentes:
ARBOLEDAS,
L., 2007: Minería y metalurgia romana
BLÁZQUEZ,
J. M., 1989, Administración de las minas en época romana
Sono a pensare, si aveva io una donna a lavorare nella Mina nell tempo di Roma Antica, come potrei a lavorare negli messi quando sono a menstruale con molta colica o si aveva stato incinta , io penso che era meglio da morire ����
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