Ser madre en la antigua Roma
La maternidad se entendía como la principal función de
las mujeres.
En la literatura grecolatina la maternidad, es la tarea femenina más ensalzada
en el mundo antiguo se presentaba a la mujer sólo como un mero receptáculo del verdadero poder creador del hombre.
La finalidad principal del matrimonio
era asegurar la descendencia y, como consecuencia, una de las mayores desgracias de una
mujer consistía en la esterilidad, la cual, por otra parte, era siempre
atribuida a las esposas en el caso de las parejas que no tenían descendencia.
La maternidad no implicaba sólo
engendrar y alumbrar a los niños ser madre significaba también educar a la
descendencia, transmitir los valores de una determinada sociedad, lo cual era
fundamental en el caso de las clases
aristocráticas,
donde se ponía mucho
interés en educar bien a las mujeres para que fueran capaces de formar, o
incluso adoctrinar, convenientemente a sus futuros hijos.
Plutarco destaca a Cornelia, madre de Cayo y
Tiberio Graco resaltando sus valores, y capacidad para educar a sus hijos:
Encargada ésta de los hijos y de la
casa, se mostró tan prudente, tan amante de sus hijos y tan magnánima que
entendieron todos no haber errado Tiberio en anteponer su muerte a la de
semejante mujer, la cual no admitió el matrimonio del rey Ptolomeo, que partía
con ella diadema y la pedía por mujer, y permaneciendo viuda, perdió todos los
demás hijos, a excepción de una hija, que casó con Escipión el Menor, y los dos
hijos Tiberio y Cayo, cuya vida escribimos; a los que dio tan esmerada crianza,
que con ser, a confesión de todos, los índole entre los romanos, aún parece que
se debió más su virtud a la educación que a la naturaleza
“Plutarco, Vida de Tiberio”
En el caso de las mujeres humildes,
también educaban a su descendencia, pero además debían preocuparse de su
alimentación, de proporcionarles ropa, de cuidarles y atenderles durante una
enfermedad.
Velar para que todo en la familia
marche bien, que haya suficientes recursos con que alimentar a la familia
mantener el hogar limpio, abastecido de agua y de alimentos eran, en
definitiva, labores de mantenimiento y de cuidado que se adjudican a las matres familiae y eran responsabilidad exclusiva
de las mujeres.
Al levantarme me recibe un fuego
alimentado por un espléndido montón de leña del encinar cercano,al que la casera rodea con multitud de ollas.“Marcial, cuando se refiere a su vida en Bílbilis”
Tanto las matronas como las mujeres más humildes, debían atender todas las funciones de ser madres.
Las matronas adineradas no lo realizaban ellas directamente, sino que supervisaban a las esclavas y el personal doméstico, mientras que las mujeres humildes se encargaban personalmente de llevar a cabo este trabajo.
Tácito, a través de la nodriza, critica los valores morales que, según su opinión, se habían perdido:
Pues antaño los hijos nacidos de madre honrada no se criaban en el cuartucho de una nodriza alquilada, sino en el regazo y en el seno de su propia madre, y ésta tenía como principal motivo de orgullo de velar por la casa y ser una esclava para sus hijos.
Y frente a las romanas, ensalza a las bárbaras por mantener esta práctica:
“Cada madre cría a su hijo a sus pechos y no lo deja en manos de esclavas o nodrizas”
Plutarco también menciona a la mujer de Catón, Licinia, como símbolo de virtudes y se destaca que ella misma amamantó a sus propios esclavos:
Desposó, pues, a una mujer más noble que rica, pensando que ambas tienen por igual consideración y sensatez, pero que las nobles, al avergonzarse de los vicios, son más dóciles a sus maridos con respecto a la virtud. (…) Al nacer su hijo, ninguna tarea había tan necesaria salvo alguna pública, como para que no estuviera presente cuando su mujer lavaba y envolvía en pañales a la criatura. Pues ella le criaba con su propia leche. Y muchas veces también acercando su pecho a los hijos de los esclavos preparaba el afecto hacia su hijo a partir del sustento común.
Marco Catón
Marco Catón
Fuentes:
Pasado próximo. Mujeres romanas de Tácita a Sulpicia. Madrid Catedra.
Carcopino Jerôme (2004): La vida cotidiana en Roma
Plutarco, Vidas paralelas IV: Foción-Catón, Agis-Cleómenes, Tiberio y Cayo
Graco Traducción y notas de Antonio Ranz Romanillos y Emiliano M.
Aguilera. Editorial Iberia, Barcelona
Marcial, Epigramas. Introducción, traducción y notas de Juan Fernández Valverde y
Antonio Ramírez de Verger.
Tácito Annales. Libros I-VI introducción y notas de Jose l Moraleja
Tácito Annales. Libros I-VI introducción y notas de Jose l Moraleja
Un post demasiado interesante. Generalmente no se le suele dar tanta difusión a la historia de la mujer en los periodos clásicos y siempre es interesante leer algo nuevo para aprender un poco más de historia.
ResponderEliminarMe encantó tu post.
Te mando un abrazo y nos leemos!