La natación en la antigua Roma.
“Tumba del saltador” en Paestum, Campania italiana (s. V a. C. |
Las
primeras grandes civilizaciones surgen a lo largo de grandes ríos, no es de
extrañar que sus ciudadanos practicaran la natación.
Existen restos arqueológicos que atestiguan actividades acuáticas de griegos y romanos.
Saber nadar era imprescindible en civilizaciones cuya vida trascurría cerca del mar, para salvar la vida en caso de naufragio o por pura subsistencia.
En los frescos de la tumba de la caza y pesca en la necrópolis de Tarquinia (región del Lacio), s. VI a. C., la cultura etrusca nos ha dejado un mural donde se puede ver a un muchacho saltando al agua de cabeza y a otro que trepa por las rocas para hacer lo mismo.
Los romanos y la natación.
Los romanos tenían ventaja ante otros pueblos gracias al dominio de la natación.
Escipión el Africano, animaba a sus soldados dando ejemplo, se lanzaba a la cabeza de sus tropas para cruzar los ríos a nado, llevando la coraza puesta sobre su espalda.
Así mismo, los tres generales más famosos de la República, Cayo Julio César, Cayo Magno, Pompeyo, y Marco Antonio, fueron, hábiles nadadores.
Horacio, aconsejaba a los jóvenes que, si querían dormir bien, atravesaran el río Tíber a nado cada día.
Se creó el cuerpo de los urinatores (buzos) una unidad anfibia especializada en misiones de infiltración, envío de comunicaciones y sabotaje en puertos. Estas acciones se conocen también entre los griegos, fenicios y asirios.
Seleccionados por sus aptitudes, se les reclutaba por todo el imperio romano, incluso esclavos.
Su equipamiento era muy simple, armados con cuchillos, llevaban una esponja empapada con aceite en la boca y la mascaban para liberar el aceite, lo cual les facilitaba la visión. Para respirar utilizaban tubos y a más profundidad buceaban con piedras de lastre para bajar y campanas de aire.
Dión Casio nos describe la batalla del río Medway durante la conquista romana en Britania en el año 43 d.C. los británicos se confiaron pensando que los romanos no serían capaces de cruzar el río sin un puente, pero los urinatores cruzaron el río por el flanco derecho y atacaron la zona donde estaban los caballos, después los legionarios cruzaron el río por el flanco izquierdo para empezar la batalla.
En el imperio romano de Oriente los urinatores participaron también en diversos asedios sufridos en Constantinopla.
César en la batalla de Alejandría, Libro. OBernardi. |
Horacio (Horatius Cocles) Un soldado que lucho en la batalla del puente Sublicio en el 508 a.C. Aguanta la dura batalla hasta conseguir cortar el puente, procediendo a arrojarse al río y volvió nadando a Roma gravemente herido.
Las
romanas también dominaban la natación, como podemos ver en el mosaico de la
Villa del Casale en Sicilia. Agripina, la menor madre de Nerón cuando este
ordenó asesinarla aparentando un accidente, (dispuso que fuera un naufragio),
no contó con que Agripina era una habilidosa nadadora y pudo salvar momentáneamente su vida.
Marco
Valerio, en su obra Epigramas, escribe sobre chicos y chicas que disfrazados de
ninfas hacen las delicias de los espectadores con vistosas figuras en el agua, (natación sincronizada).
Marco
Manilo, poeta, en su poema Astronómica, nos describe diferentes formas de nadar
en el mar: tumbado sobre el agua, golpeando las olas con los brazos, utilizando las manos como remos o tumbados sobre la espalda.
También
se cuenta que el puerto de Ostia cada mayo se realizaba una travesía a nado
siendo una de las competiciones de natación más antigua.
Mosaico de la Villa del Casale, en Silicia (hacia 330 d. C.) |
Fuentes:
Apuntes
sobre la historia de la natación.
imágenes:
Wikipedia
Pinteres.
Muy interesante. Felicidades.
ResponderEliminarSuper interesante, creo que uno ve esas civilizaciones como muy lejanas y en realidad son muy parecidas a nosotros. Saludos.
ResponderEliminaromg
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