Las actrices de teatro en Roma.

 

Las actrices de teatro formaban parte de la vida de la ciudad, de su cultura popular, y también eran parte de su “programa festivo”, como por ejemplo la fiesta de Flora.

Pertenecían a la llamada (plebe urbana) que constituía la mayoría de la población de Roma; las clases bajas, con independencia de su origen o de su nacionalidad y de su estatus jurídico.

Estas mujeres estaban marginadas por la sociedad romana, ajenas a las normas sociales, muchas veces al margen de la ley, también estaban al margen de los cánones morales y estéticos de la matrona romana, esta mujer se sitúa en las antípodas de la matrona virtuosa, casta, hacendosa, ahorradora, buena esposa de un solo hombre, y buena madre, se consideraba unos parásitos sociales.

La prostituta o la actriz de teatro o mima que tiene una sexualidad pública y desvergonzada, es la antítesis de la matrona piadosa y recatada.

En Roma las mujeres no participaron en obras de teatro hasta el s. IV d.C. A diferencia de los hombres, no existía un nombre genérico para definir su actividad profesional. 

Por consiguiente, las actrices eran designadas en función del nombre de la modalidad practicada:

Mima: Actriz del gesto.

Pantomima: Actriz que domina tres artes distintas: el canto, la música y la mímica.

Archimima: Jefa del grupo teatral, o bien (también) la que toca todos los palos en la escena.

Embolaria: La actriz que representa un embolium (pieza bufonesca que representada en los entreactos)

Saltatrix: Saltadora, contorsionista.

Circulatrix: Se ha definido como praestigiatrix (impostora).

Fraudatrix: mentirosa vagabunda, una correveidile charlatana.

Las mimae son nombradas por primera vez por Diomedes y también Cicerón las nombra, muchas de ellas fueron famosas y ricas.

Muy famosa fue la mima Cytheris amante de Marco Antonio, la llevaba en litera descubierta a los ojos de todo el mundo. Hay una buena lista de mujeres pertenecientes al teatro y la farándula.

Al contrario que Catón, Cicerón, Ovidio, Marcial, y Catulo veían los espectáculos de las mimas, y las aceptaban.

Siglos después se considera que el teatro como un libertinaje inaceptable para el catecismo cristiano.

Artículos de interés:

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El teatro latino (primera parte)

Teatro latino (segunda parte)

Máscara de teatro romana.

Fuente:
Mujeres en la escena romana a través de la epigrafía. Helena Lorenzo Ferragut