El scvtvm
Fig. 2. Scvtvm republicano basado en el ejemplar arqueológico de Fayum, Egipto, s. III-I a.C. Construido con láminas de álamo, pegamento de caseína, fieltro natural, hierro de producción artesana a partir de mineral de hierrol. 4,8kg de peso. Foto via Ars Scutae.
Ars Scutae se dedica al estudio y fabricación de escudos
romanos de alto nivel, plenamente apoyado en estudios arqueológicos y en el
empleo de materiales naturales (incluyendo pigmentos, pegamentos, aglutinantes,
etc.) y técnicas antiguas.
El scvtvm
Roma, a lo
largo de su historia, ha empleado un gran número de tipologías de escudo
diferentes, muchas de las cuales coexistieron para cubrir el rango de
necesidades del momento y las funciones asignadas que cada tropa tuviera que
desempeñar. Muchos de ellos, probablemente, simplemente sean escudos – y
características- ya existentes en otras culturas, las cuales los romanos
también emplearon, bien por las tendencias culturales y militares del momento
en el mediterráneo, o por la influencia de pueblos y ejércitos aliados.
Catalogándolos
en cuanto al grado de planitud o tipo de curvatura, podemos hablar de escudos
argivos, planos, curvos y lenticulares, mientras que, por la geometría de su
periferia, podrían ser rectangulares, pseudo-rectangulares, trapezoidales,
ovales y redondos. En lo que respecta a la construcción, podía ser de tablas,
contrachapado o tarugos torneados.
El origen o
historia de algunos de estos escudos se torna oscuro, difícil de rastrear, y,
en el mejor de los casos, la mención que se puede hacer de ellos es bastante
breve y poco precisa. Parte de ello es, inicialmente, por la falta de hallazgos
arqueológicos, pero también por la enorme escasez de representaciones
artísticas o menciones en los textos clásicos, por ello, este artículo se
centrará en el scvtvm curvo, pieza
que conocemos con relativamente buena precisión.
Definición y cronología
Fig. 1. Relieve de la tumba de Statilii,
Roma. S. III a.C.
“[…] A los que siguen en edad, los llamados hastati, se les ordena llevar un equipo completo. El romano consta, en primer lugar, de un escudo de superficie convexa, de cuatro pies de longitud y de dos pies y medio de anchura. El espesor de su reborde es, más o menos, de un palmo. Está construido por dos planchas circulares encoladas con pez de buey; la superficie exterior está recubierta por una capa de lino y, por encima de esta, por otra de piel de buey. En los bordes superior e inferior, este escudo tiene una orla de hierro que defiende contra golpes de espada y protege el arma misma para que no se deteriore cuando se deposita sobre el suelo. Tiene ajustada una concha metálica (umbo) que lo salvaguarda contra piedras, lanzas y, en general, contra choques violentos de proyectiles.”
Los vestigios
arqueológicos de este tipo de escudos son relativamente amplios, sumando
fragmentos de diversos tamaños e incluso escudos -más o menos- completos.
Masada, Dura Europos, Egipto, Nijmegen, Kalkriese, etc, dejaron restos físicos
de estos escudos en diverso estado de conservación y número, así como restos
indirectos de ellos en formas de asas, cantoneras, fundas, etc. Usualmente,
estaban construidos con 3 capas de finísimas láminas de madera -en ocasiones
dos- y recubiertos por ambos lados con piel fina, presumiblemente cruda, de
animal, a la cual se le sumaba una capa de lino por la cara delantera, entre la
piel y la madera. En otras ocasiones, las que menos, usaban lino por ambos
lados y en casos más atípicos, con tendones de animales o fieltro, como el caso
de Fayum, ilustrado arriba. El peso, contrario a la creencia popular -e
incluso, aparte de la literatura moderna-, era relativamente ligero, entre los
4-4,5kg en el rango inferior, hasta los 7-7,5kg en el superior, con, probablemente,
una mayoría en torno a la mitad del rango, unos 5-6kg. Esto se entiende cuando
vemos que los espesores de los tableros eran bastante delgados, rara vez por
encima de 7mm y la elección de la madera elegida para construirlo era
extremadamente ligera. Teofrasto habla sobre ello, probablemente en relación
con los escudos de sus compatriotas helenos, en dos pasajes distintos en su Historia de las Plantas:
“Los árboles que tienen la madera más fría
son todos aquellos que crecen en el agua, pero los más flexibles, y por esta
razón los más apropiados para hacer escudos, son aquellos en los que una
incisión se contrae enseguida y cierra su herida, y por ello deja pasar el
hierro con mayor contumacia; a esta clase pertenecen la vid, el sauzgatillo, el
sauce, el tilo, el abedul, el saúco y las dos especies de álamo. Los más
ligeros de estos son el sauzgatillo y el sauce, y, por lo tanto, los más
provechosos […]”
Fig. 3. Scvtvm rectangular basado
en dos ejemplares arqueológicos de Dura Europos, Siria, 256 d.C. Construido con
láminas de álamo, lino grueso, pergamino, umbo y clavos forjados, pintura de
caseína y pigmentos minerales, ambos naturales. 5,16kg de peso. Via Ars Scutae.
Spina y umbo
Por el modo en
que se construyen los escudos, con un asa horizontal y un agujero en el centro,
surge la necesidad de proteger la mano del portador frente a lesiones y cosas
peores. Inicialmente, esta defensa consistía en una larga pieza de madera de
origen céltico llamada spina, la cual
consiste en una parte central -un umbo
de madera- y unas extensiones verticales que aportan rigidez estructural a lo
largo de su eje vertical, la cual, en ocasiones, se reforzaba con umbos de
aletas. El empleo de estas spinas
entre los escudos romanos se extiende hasta por lo menos a mitad del s. I d.C.
. Urna de Agnani, Italia, primera mitad
del s. I d.C. Pueden verse claramente scvta de estilo augusteo con spinas.
Con el tiempo, alrededor de mitad del s. I a.C., ocasionalmente empezó a sustituirse por un umbo metálico oval, reminiscencias de la spina de madera. En algunos hallazgos tenían aberturas para insertos de madera como las extensiones de las spinas mencionadas anteriormente, creando una versión hibrida. Finalmente, los umbos hemisféricos de base cuadrada y rectangular comienzan a hacer aparición hasta convertirse en estándar de facto.
Asas y cantoneras
Larga asa de hierro, fragmentada, proveniente de Caerleon, Inglaterra. Sin datación.
.
Conclusion
.
Comentarios
Publicar un comentario