Embarcaciones fluviales romanas.
Roman Mosaic of Odysseus and the Sirens, Tunis, Tunisia, c. 100 s CE |
Hemos
de tener en cuenta que la palabra "navegable" en la antigüedad debía ser distinto del que actualmente le
damos nosotros, y ríos que entonces podían ser remontados en gran parte de su
curso no lo son hoy, por la sencilla razón
de que el tamaño y calado de los navíos comerciales antiguos era mucho menor
que los nuestros.
De
los datos ofrecidos por las fuentes podemos distinguir varios tipos de navíos,
según su capacidad y función.
Estrabón, geógrafo griego, es el único que nos
ofrece nombres de barcos fluviales, aunque no siempre parece que lo haga
utilizando términos específicos, sino, en ocasiones, genéricos.
Había
barcos mercantes (naues onerariae)
de gran tamaño, cuyo tipo más clásico estaría constituido por los ventrudos y
lentos mercantes llamados por los romanos corbitae,
"barcos remolcados".
Las codicariae
eran embarcaciones pequeñas de casco
redondeado, completamente cubiertas, con bodega y un mástil en la parte
delantera, destinado fundamentalmente a la sirga, el arrastre desde tierra.
Solían
ser utilizadas para el transporte de personas o mercancía entre los
puertos fluviales romanos.
Estos
barcos solían ser muy utilizados para las comunicaciones entre el puerto de Ostia y Roma a través del río Tíber.
Las naves caudicaries tenían
un fondo plano, con la parte posterior alta y curva y la parte anterior
esbelta. Estaban dotados de remos laterales, un puente y una cabina en la parte
posterior del barco. El árbol del barco no era fijo y se posicionaba en la
parte anterior del barco, de esta manera en el árbol venía fijado cuando era necesario un cable para poder pasar los tramos
de ríos no navegables.
Según
Plinio, la evolución de las barcas
fluviales, barcas de ribera, que antaño se habían construido a partir de un solo
tronco y luego de piezas ensambladas, los romanos la llamaron Lyntres. El lynter, linter o lintres, es mencionado en numerosos documentos.
Los lyntres
eran de tamaño variable, unos más vastos y otros más pequeños. Es la
barca de ribera por excelencia,
apropiada para aguas poco profundas, no tenía el fondo plano y su casco era
redondeado, lo que la hacía inestable pero también muy móvil.
Los rafes, especie de chalanas que se movían a
remo.
Las scaphae, servían de auxiliares a las
embarcaciones marítimas, para remolcarlas y para la descarga de sus mercancías.
Los
scapharii, han sido
considerados barqueros de puerto que aseguraban el remolque de grandes barcos y
la descarga de mercancías.
Fuentes:
Fornell. La navegabilidad del río Guadalquivir.
ttps://www.wazogate.com/las-naves-romanas/
La Navegación por el Guadalquivir entre Córdoba y Sevilla en época
romana. Écija, 1990
Imágenes:
http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/ostia-el-gran-puerto-de-roma_6763/3
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