Las estafas de los mercantes de trigo
Comercio marítimo
Apenas
el viento empezaba a encrespar las olas del Mar Mediterráneo, el pueblo romano
se quejaba de la demora de los barcos
que traían grano de Egipto o de Sicilia. Era una queja frecuente por el
cambiante clima de Italia.
La
moral y honestidad de los comercios estaba en decadencia debido a la avaricia y
ansia de poder, y no se reparaba en medios para conseguir el tan deseado
oro.
Los
comerciantes marítimos empezaban con crear una falsa Inopia frumenti falta de grano por medio de la retención de las
naves y proclamaban la llamada Avara
Venditio venta de trigo a precios muy elevados.
Ante
el temor de que hubiera una revolución por hambre, el Estado intervenía contra esta manipulación con elevadas multas, pero a pesar de ello los
estafadores sin ningún escrúpulo
elevaban aún más los precios; alegaban
que los barcos retenidos en el sur no podían llegar debido a las tormentas.
El
estado recomendaba a las autoridades que debían impedir las maniobras
acaparadoras de los comerciantes para evitar el aumento de precios; ardua
tarea.
Convencer
a los especuladores, sin escrúpulos, que cesaran su actividad fue un estrepitoso
fracaso hasta que el emperador Trajano los amenazó con la pena capital o con el
destierro a una isla para morir lentamente.
El trasporte marítimo de grano siempre estuvo acompañado de las estafas. El dueño de la nave (Magister navis) tenía posibilidad de cometer sus amplias estafas en tres de las diferentes etapas del viaje:
- En el puerto donde se cargaba
- Durante la travesía en alta mar
- En el puerto de Ostia donde se descargaba
En el puerto de salida (Alejandría) era fácil para el patrón de la nave, encontrar gente depravada. Había funcionarios, que si se les untaban bien las manos anotaban menor cantidad de grano del que se había entregado. La diferencia la podía vender el capitán al mejor postor de los puertos, sobre todo en la colonia romana de Leptis.
También el capitán con la complicidad del funcionario compraba trigo de peor calidad, anotando que era de muy buena clase. Después este trigo se vendía a precio elevado en el puerto de Roma. (Ostia)
Corrupta
Roma, Pedro Ángel Fernández, vega
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