¿Por qué cayó en desuso el coliseo?
La construcción del
Coliseo, no fue solo un esfuerzo arquitectónico, sino un acto político, que
marcó un retorno a los ideales romanos de virtud cívica y entretenimiento
comunitario.
El Coliseo fue
erigido durante una época en la que Roma era el epicentro de un vasto imperio
que se extendía desde Gran Bretaña en el oeste hasta Judea en el este.
La ciudad de Roma, en sí, era
una metrópolis bulliciosa, un crisol de culturas, idiomas y clases sociales.
En medio de esta
diversidad, el Coliseo sirvió como una fuerza unificadora, un espacio público
donde ciudadanos de todos los ámbitos de la vida podían reunirse para
presenciar espectáculos que demostraban la destreza militar, la superioridad
cultural y la benevolencia de Roma.
Construido principalmente con piedra caliza, travertino, toba y hormigón, el Coliseo era una estructura elíptica que medía aproximadamente 157 pies de alto, 620 pies de largo y 513 pies de ancho… Leer más
A medida que Roma enfrentaba
crecientes dificultades económicas, inestabilidad política y amenazas externas,
los grandes espectáculos que alguna vez llenaron el Coliseo comenzaron a
disminuir en frecuencia y esplendor.
El cese de los juegos no fue solo el resultado de la disminución de los recursos de Roma; también estuvo influenciado por el ascenso del cristianismo, que desaprobaba los deportes sangrientos y el paganismo que a menudo se exhibían en la arena.
Los últimos juegos registrados se celebraron en el siglo VI, lo que marcó el final de una era para el Coliseo como escenario de espectáculos públicos.
Sin embargo, el final de los juegos no significó el fin de la utilidad del Coliseo.
Durante los siglos siguientes, esta maravilla arquitectónica asumió diversas funciones que reflejaban los cambios de los tiempos.
Sus piedras fueron
saqueadas para obtener materiales de construcción, y su otrora grandioso
interior se dividió en espacios más pequeños y utilitarios.
El Coliseo, que alguna vez fue un símbolo de la grandeza romana, se convirtió en un microcosmos de una ciudad en decadencia, y su transformación es indicativa de las prioridades cambiantes y las circunstancias reducidas de Roma.
En el Renacimiento y el Barroco, el Coliseo sufrió una transformación diferente.
Reconocido por su importancia histórica y arquitectónica, se convirtió en un tema de interés académico e inspiración artística.
Sin embargo, también
fue durante esta época cuando el Coliseo sufrió abandono y nuevos saqueos, ya
que los papas y emperadores tomaron sus piedras para construir palacios e
iglesias.
No fue hasta los siglos XVIII y XIX que se hicieron esfuerzos para preservar la estructura, impulsados por una nueva apreciación de la antigua cultura romana y una comprensión de la importancia histórica del Coliseo.
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