La Decimatio
Dentro del ejército romano había una estricta y
rigurosa disciplina, el general tenía el poder de ejecutar a cualquier soldado
bajo su mando.
Existían toda una clase de casos por faltas graves de disciplina que comportan una inminente ejecución. Los casos más severos terminaban con la pena capital.
El diezmo.
En los motines, rebelión o extrema cobardía de una cohorte se aplicaba el diezmo.
El diezmo consistía en aislar una cohorte del resto de la legión y dividirla en grupos de diez soldados. Dentro de cada grupo se echaba a suertes quién debía ser castigado, independientemente de su rango dentro de la cohorte. Se elegía a uno que debía ser castigado por los nueve restantes, generalmente por lapidación o por golpes de vara.
La decimatio tenía un carácter ejemplar.
Los supervivientes estaban obligados a dormir fuera del campamento, lo cual era muy peligroso sobretodo en época de guerra y, muchas veces tenían la obligación de renovar el juramento militar.(sacramentum), para garantizar que no habría una futura rebelión.
Estaban obligados a disponer sus tiendas en el exterior del campamento, fuera de la protección de las murallas y de los dioses, y dormir allí. Para alimentarse se les asignaba cebada en vez de trigo .
Si era toda una legión la que se rebelaba, ésta era disuelta. Pero si tras haber desertado sus hombres, la mayor parte de ellos volvían a filas, la unidad desaparecía, pero los componentes más responsables, no eran expulsados, sino degradados y redistribuidos en otras unidades.
La decimatio provocaba la desunión entre compañeros de armas, bajaba la autoestima y rompía los fuertes lazos que debían de tener un cuerpo militar.
La confianza hacia cónsules o comandantes que ejecutaban la orden hacía que sus tropas perdieran la confianza hacia ellos y su lealtad se basaba solo en el miedo.
Valerio Máximo nos recuerda que en los tiempos de la República, los castigos contra la disciplina debían se ejemplares: En el año 271 a.C. por orden del comandante Marco Caesio, fueron decapitados cincuenta soldados por día, prohibiendo expresamente que nadie les diera sepultura y que nadie llorara su muerte.
Durante la rebelión de Espartaco, dos de las legiones de Marco Craso (72 a.C.) desobedecieron sus órdenes directas no enfrentándose al enemigo y como resultado, sufrió una terrible derrota. Craso ante tal desobediencia, reunió a las dos legiones y sacó a todo décimo hombre mientras caminaba a través de las filas. Cada individuo seleccionado fue golpeado hasta la muerte por sus nueve compañeros.
El resto de supervivientes sufrió una pena más simbólica, pero muy peligrosa sobretodo en tiempo de guerra y sobre la cual no tenían la oportunidad de apelar: Dormir fuera del campamento.
Otro caso de decimatio fue la que aplicó el cónsul Apio Claudio a su unidad de infantería por abandonar el campo de batalla en la guerra contra ecuos y volscos. Marco Antonio diezmó dos de sus cohortes por huir con cobardía cuando los partos incendiaron sus máquinas de asedio .El mismo castigo sufrió la Legio III Augusta en el año 18 a.c. en áfrica por huir de la batalla contra los númidas.
Las fuentes nos cuentan que fue el emperador Galba quien abolió la decimatio, pero se aplicaron otras penas a los legionarios que abandonaran sus puestos de combate, la crucifixión o arrojarlos a las bestias.
Artículo relacionado:
Fuentes:
Castigo y reclusión en el mundo antiguo. Pérez Martin
El soladado romano, la ley militar y las cárceles . Perea Yebemes.
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El diezmo consistía en aislar una cohorte del resto de la legión y dividirla en grupos de diez soldados. Dentro de cada grupo se echaba a suertes quién debía ser castigado, independientemente de su rango dentro de la cohorte. Se elegía a uno que debía ser castigado por los nueve restantes, generalmente por lapidación o por golpes de vara.
La decimatio tenía un carácter ejemplar.
Los supervivientes estaban obligados a dormir fuera del campamento, lo cual era muy peligroso sobretodo en época de guerra y, muchas veces tenían la obligación de renovar el juramento militar.(sacramentum), para garantizar que no habría una futura rebelión.
Estaban obligados a disponer sus tiendas en el exterior del campamento, fuera de la protección de las murallas y de los dioses, y dormir allí. Para alimentarse se les asignaba cebada en vez de trigo .
Si era toda una legión la que se rebelaba, ésta era disuelta. Pero si tras haber desertado sus hombres, la mayor parte de ellos volvían a filas, la unidad desaparecía, pero los componentes más responsables, no eran expulsados, sino degradados y redistribuidos en otras unidades.
La decimatio provocaba la desunión entre compañeros de armas, bajaba la autoestima y rompía los fuertes lazos que debían de tener un cuerpo militar.
La confianza hacia cónsules o comandantes que ejecutaban la orden hacía que sus tropas perdieran la confianza hacia ellos y su lealtad se basaba solo en el miedo.
La decimatio provocaba la desunión entre compañeros de armas, bajaba la autoestima y rompía los fuertes lazos que debían de tener un cuerpo militar.
La confianza hacia cónsules o comandantes que ejecutaban la orden hacía que sus tropas perdieran la confianza hacia ellos y su lealtad se basaba solo en el miedo.
Fuentes:
Castigo y reclusión en el mundo antiguo. Pérez Martin
El soladado romano, la ley militar y las cárceles . Perea Yebemes.
Interesante artículo. Gracias
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