Cuando las legiones atravesaban la Selva Negra
Por el blog Viajando de Incognito ( autor invitado)
La selva negra es hoy en día un gran
destino turístico. Naturaleza pura, tradiciones, gastronomía, y pueblos como Schiltach y Gengenbach, en el valle del Kinzig, que se
encuentran entre los más bonitos de Alemania.
Pero la selva negra no fue siempre un
lugar atractivo; lo que hoy la hace tan interesante, fue en su día motivo para
no adentrarse en ella. Los romanos conocían esta zona como Abnoba mons, montañas de Abnoba, siendo Abnoba una diosa celta, que
los romanos asimilaría como Diana. Era un terreno inhóspito, impracticable para
la agricultura y sin recursos minerales conocidos. Por no tener, no tenía ni
asentamientos enemigos que conquistar.
Sin embargo, durante el año de los
cuatro emperadores ocurrió un hecho que les hizo plantearse la necesidad de
adentrarse en ella. En el año 69 d.C. se produjo en Germania Inferior, cerca de
Holanda, la rebelión de los bátavos.
Los bátavos eran una pequeña tribu
germánica, con una gran tradición guerrera. Estos proporcionaban una gran
cantidad de tropas auxiliares al ejército romano, así como un gran número de
integrantes de la guardia personal de élite de Augusto. Los bátavos parecían
encontrase bastante cómodos con este acuerdo, por el cual ellos proporcionaban
guerreros a cambio de ser aliados de Roma.
Sin embargo, se sucedieron una serie de
circunstancias que cambiaron las cosas: líderes bátavos acusados de traición,
acuerdos rotos con la tribu, enemistades con las legiones donde servían y,
sobre todo, la debilidad de Roma debido a las guerras civiles. Todo esto hizo
que los bátavos se rebelaran, y al haber acumulado mucha experiencia en el
ejército romano, les hizo salir victoriosos de las primeras batalles, llegando
a derrotar a dos legiones romanas.
Por desgracia para los rebeldes, para el
año 70 d.C. Vespasiano había conseguido establecerse como emperador y no tenía
ningún frente interno abierto. Como la rebelión de los bátavos amenazaba con
convertirse en un gran problema para el imperio, el emperador reunió cinco legiones en Roma, a
las que se sumó alguna de Hispania y Britania, así como tropas auxiliares. Con
este inmenso ejército, se lograron ganar importantes batallas, y Roma consiguió
someter de nuevo esta región.
Pero Roma había entendido que el camino
entre Germania Inferior y Roma, que iba a lo largo del Rin por Basel, era
demasiado largo. Esto les obligaba a hacer un gran rodeo, cuando realmente se
podría acortar si se atravesaba la selva negra.
Por ellos los romanos crearon una ruta
que pasaba por el valle del Kinzig. Este era un camino relativamente
practicable, que atravesaba la selva negra desde Argentoranum, Estrasburgo,
hasta Arae Flaviae, Rottweil, una ciudad mandada construir por Vespasiano a las
afueras de la selva negra. Entre estas dos ciudades se construyeron abundantes
campamentos romanos, Castrum, que aseguraban la protección de la ruta.
De muchos de ellos se han encontrado noticias o restos, y alguno estará todavía
por descubrir.
Curiosamente, paralelo a este esfuerzo
por construir y fortificar esta vía, los romanos iban fundando campamentos al
norte de esta zona, como los de Ladenburg, Heidelberg o Baden-Baden. De esta
forma, para el año 98, casi toda la región entre Odenwald y el río Neckar estaba
dominada por Roma, y la vía a través del valle del Kinzig perdió importancia.
Así, la época en la que legiones romanas
circulaban por la selva negra duró menos de treinta años, pero marcó de
alguna manera la región para siempre. Y la carretera que va por el valle del
Kinzig es una de las principales rutas que la atraviesan.
Desde Alemania nos proponen conocer los países que visitan y su
historia. Un blog que nos descubre lugares increíbles con información que nos
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