Suicidios o asesinatos de mujeres
En la antigua Roma hubo casos de mujeres que por distintas razones
fueron acusadas de brujería, de envenenar a sus maridos, o de participar en
alguna conspiración. Estas mujeres fueron obligadas a suicidarse o recibieron un castigo ejemplar
que purgara la falta o vergüenza
cometida.
Las
fuentes clásicas las señalan como culpables de sus delitos y destacan su forma íntegra
de morir.
Se
alababa la decisión de sus ejecutores si eran asesinadas, de esa forma eran un
ejemplo para el resto de mujeres.
Una muerte virtuosa que embelleciera una vida deshonrada.
Mujeres asesinadas por
sus familiares
Publicia y Licinia, esposas de los cónsules Postumio Albino y Claudio Aselo fueron acusadas por envenenar supuestamente a sus maridos. Los propios
familiares de estas mujeres, sin esperar ningún juicio previo, las estrangularon. Siglo
II a.C,
Suicidios.
Popea Sabina Tácito nos indica que esta mujer
finalizo su vida por decisión propia, suicidio instigado por las artimañas de
la emperatriz Mesalina. (Año 47D.c.)
Mujeres acusadas de
hechiceras
Sextia, hija del cónsul sufecto del año 52 d.C, Esta joven de unos veinte años
recurrió a la magia para conocer las intenciones de Nerón con su padre.
De
nada le sirvieron sus lamentos y lloros
ante el Senado, la única condescendencia que tuvieron fue que podía elegir la
forma de morir.
Antonia, hija mayor de Claudio, esta mujer se negó a contraer matrimonio con Nerón tras la muerte de Popea, el emperador la acusó de
participar en la conjura de Pisón.
Se
suicidó ene el año 65 d.C.
Malonia, testimonio que nos da Suetonio en la vida de Tiberio. Ante la negativa de mantener
relaciones sexuales con el emperador, fue acusada y antes de ser sentenciada
fue a su casa y se clavó un puñal que la mataría.
Apronia, esposa del pretor Plaucio Silvano, todo apunta a violencia de género, pero según Tácito, el marido, estaba dormido y ella
fue quien voluntariamente opto por
suicidarse. Tiberio decide inspeccionar el lugar del supuesto homicidio y
observa señales de posible forcejeo, por lo que descartó la posibilidad de
suicidio.
Agripina la Menor, quien fue asesinada en el año 59 d.
C. por orden de su propio hijo Nerón.
Tácito, en sus Annales, nos
relata con dramatismo la escena del
crimen. En su lecho y rodeada por soldados, fue herida la emperatriz sin darle
muerte; fue la propia Agripina quien exhortó a los soldados a que la mataran asestándole cuchilladas en el
vientre, queriendo con ello escenificar el lugar donde se había engendrado y
formado el monstruo de su hijo.
Notables
también fueron otras mujeres próximas al poder que al ver peligrar sus vidas
optaron por el suicidio o así nos lo dan
a entender las fuentes clásicas.
Entre
ellas Agripina la Mayor, Sextilia,
la madre del emperador Vitelio, Suetonio,
sobre la madre de Vitelio, narra que, o
bien, se le dejó morir, ya que un oráculo vaticinó al emperador que consolidaría
su poder si sobrevivía a su madre o fue ella misma quien decidió acabar su vida
tomando un veneno. Tácito, en sus Historias, parece corroborar la segunda hipótesis de Suetonio al
decir que se adelantó con una muerte oportuna para evitar la ruina de su casa.
Julia Domna, mujer de Septimio Severo y madre de Caracalla
y Geta, también se
plantean diversas conjeturas, Casio propone
que se suicidó o murió por un cáncer de pecho en el 217 d.C.140. Sin embargo, Herodiano sentencia que ella misma puso
fin a su vida.
Todos
estos casos destacan la necesidad de la muerte como acto necesario para expiar
una culpa que trasciende a la persona perjudicando a la familia. Las
fuentes solo mencionan que estas mujeres, fueron asesinadas o que dejaron
de vivir por voluntad propia.
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Fuentes:
Honesta Mors. Suicidas y muertes inducidas de las mujeres en la Antigua
Roma.
Pedro David Conesa Navarro. Rafael Gonzalez fernandez
https://www.pinterest.es/pin/344314333981929507/
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