Diferencia social entre ricos y pobres en el Circo Máximo.
Maqueta de Roma en el siglo iv d. C., de Paul Bigot. El circo se encuentra entre el Aventino (izquierda) y el Palatino (derecha); la estructura ovalada a la derecha es el Coliseo.
Diferencia social entre ricos y pobres en el Circo Máximo.
En el centro de la antigua Roma, bajo el ardiente sol, el fuerte rugido de la multitud llenaba el gran Circo Máximo.
Los carros, tirados por caballos, echaban espuma por la boca, corrían muy cerca unos de otros. Sus ruedas casi se tocaban al correr por la pista.
Los aurigas mantenían las mandíbulas apretadas y sujetaban firmemente las riendas, arriesgaban sus vidas por la victoria, las alabanzas y los fuertes vítores de los espectadores.
Pero, ¿cómo era estar entre la multitud en estos eventos? La propia naturaleza del Circo Máximo, con sus gradas, reforzaba las rígidas divisiones sociales de Roma.
Planta del Circo Máximo de acuerdo con Samuel Ball Platner (1911). Las puertas de salida escalonadas están a la izquierda.
Senadores y aristócratas de élite solían ocupar los mejores asientos cerca de la pista, con cómodos cojines y cobertores a la sombra. Mientras tanto, la población en general llenaba las gradas superiores.
Cuanto más lejos de la pista estabas, peor ángulo de visión tenías y peor eras.
Sin embargo, a pesar de todas estas divisiones, el circo era uno de los pocos lugares donde se reunía todo el espectro de la sociedad romana, desde el emperador hasta el plebeyo.
Este raro momento de cierta unidad social a menudo actuaba como una válvula de escape. Ofrecía a las masas un respiro temporal de los desafíos de su vida cotidiana.
Los emperadores reconocieron claramente la importancia del "pan y circo" (panem et circenses) como medio para aplacar y controlar a la población y, como tal, invirtieron fuertemente en los juegos.
Patrocinaron grandes carreras para garantizar el entretenimiento de la población, lo que constituyó una forma probada y verdadera de desviar la atención de cuestiones políticas urgentes, crisis económicas o desastres militares recientes.
Sin embargo, esta estrategia era un arma de doble filo. Si bien las partidas exitosas podían impulsar la popularidad de un emperador, cualquier mala gestión percibida podía incitar la ira del público y convertirse en un foco potencial de disidencia política.
Las diferentes facciones de color complicaron aún más este riesgo. En particular, a medida que los Azules y los Verdes se vieron envueltos en intrigas políticas, diferentes emperadores y senadores las usaron contra ciertas facciones en función de la naturaleza cambiante de la política romana.
Un sestercio que muestra a Caracalla y el Circo Máximo, con el obelisco de Augusto en el centro de la barrera divisoria central (euripus o spina)
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