El campamento legionario, centro de actividad económica
La vasta intendencia de una legión no es tarea fácil, alimentar, vestir, armar una legión, renovar su equipamiento resulta complicado y son necesarias enormes sumas de denarios.
La
mayoría de los soldados, en época imperial, se abastecen gracias a los estipendios
que les dan los medios para comprar lo que necesiten.
Proporcionados
a los soldados, mediantes contratos firmados entre el ejército y
los negociadores, intermediarios que siguen los pasos del ejército, o
adquirido en los mercados locales.
Estas
compras provocan una circulación monetaria basada en denarios, sestercios, ases,
que obliga a las poblaciones locales a manejar la moneda romana.
Las
tablillas de Vindolanda, y las inscripciones de Pompeya, dan una idea de
los precios.
La economía generada por la legión no se basa en las requisas sino en la circulación monetaria.
La presencia de una legión también estimula la producción agrícola (trigo, heno), la ganadería (caballos de montar, mulos), induce muchos circuitos comerciales con productos que provienen de la región mediterránea, como los aceites y salmueras de la Bética, los vinos…
Un cuartel de la legión no es solo un simple dispositivo militar destinado únicamente a la conquista, funciona como un centro de compras y trae cierta prosperidad a su campamento. Genera una economía de circulación monetaria y fija en sus canabae comerciantes, mercaderes, artesanos, obreros, campesinos, libertos... todo un mundo en busca de contratos, trabajo, alimentos... y que viven en contacto directo con el ejército.
Trabajo para corporaciones enteras, la estimulación de la agricultura y la ganadería afectan a todos los campesinos, mejoran la vida ordinaria de los nativos. Se crean circuitos comerciales a todas las escalas, abastecen mercados a donde llegan prácticamente todos los productos presentes en el Imperio. Allí se vende y se compra de todo, desde esclavos hasta copas de vino, desde pollo hasta productos frescos.
Esos centros también transmitieron el retrato y el nombre de los césares a través de las monedas, y algunos hechos históricos como esos sestercios de Vespasiano que ponen " Judea Capta", ahora Judea es romana. El primer instrumentó de romanización está claro que es la moneda, el dinero tiene efecto de propaganda, de propagación del latín.
Para
comerciar se requieren cuentas, contratos, escrituras y todo ello estaba
escrito y se leía en latín. Se registraba y archivaba el beneficio en el
archivo de beneficiarios (scripta manent) Se edactaban informes y actas y la lengua de la
administración no era otra que el latín.
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